Las muselinas se han convertido en prendas indispensables tanto para el bebé como para la madre.
Es cierto que los tiempos han cambiado, ahora hasta las cosas más sencillas, como los pañales, han evolucionado.
Pero algunos detalles permanecen intactos en el tiempo porque son insustituibles, tal es el caso de las muselinas, un reflejo de lo que es una prenda sencilla y versátil que se utiliza desde hace miles de años.
Las muselinas son telas finas, similares en su textura a las gasas, se caracterizan por su ligereza y transpirabilidad, su tejido está confeccionado por una trama abierta de hilos retorcidos que las hacen especialmente vaporosas.
Existen muselinas de algodón o bambú, que son muy comunes, aunque también hay de seda, lana, viscosa, hilos sintéticos, entre otros.
Su origen se ubica en Mosul (Irak) y eran famosas por sus delicados tejidos de algodón. Después, en la Edad Media, los mercaderes venecianos las convirtieron en una prenda muy valiosa que posteriormente fue conocida en Francia como «mousseline» dando lugar al vocablo «muselina» en España.
Llegamos al punto clave, ¿para qué sirven las muselinas?
Se usan principalmente para arrullar al bebé. Es decir, para envolverlos cuando están recién nacidos y necesitan el contacto y la seguridad que evoca el útero materno.
Y es que el acto de arrullar es casi instintivo para una madre.
Antes de nacer, los chiquitos se sienten resguardados en el vientre materno, y esta sensación de bienestar se esfuma en las primeras horas de vida.
Los arrullos son importantes porque ayudan a que tu leoncito o leoncita se sientan relajados y contentos.
De esta manera, es más fácil para ellos descansar y dormir, una rutina que necesitan hacer la mayoría del tiempo en sus primeros meses de vida.
Después de esta explicación, seguimos con las utilidades de las muselinas.
Como prenda en verano son vaporosas y suaves para proteger de las corrientes de aire al bebé y cómo sábanas de invierno su función es defender al peque de las bajas temperaturas.
También son perfectas como mantita de apego, ya que el niño aprende a relacionar el olor y la textura con la mamá.
Para evitar manchas de regurgitaciones cuando extraigas el gas tras alimentar al leoncito o leoncita.
Otra idea creativa es convertirlas en mosquiteras, emplearlas como fundas de la sillita del coche, para proteger del sol, como mantas de juego cuando van a la playa o el campo.
¿Cuántos tipos de muselina hay?
Hay dos opciones de muselina, la de algodón y la de bambú. Cualquiera de las dos son perfectas para tu bebé.
Recuerda que hablamos al principio del post del origen de las muselinas. Las primeras que se fabricaron en Mosul eran de algodón, aunque también había de seda.
En la actualidad, la mayoría son de algodón y también encontramos de bambú, que son elaboradas con la caña de la planta de bambú y son muy útiles.
Sobre las de algodón sin duda son más ligeras y consistentes al tacto. En cambio, las de bambú son termoreguladoras, por lo tanto, resultan una alternativa para el verano.
Un dato importante de ambos tejidos es que a medida que se lavan son más suaves y agradables al tacto.
¿Qué diferencia hay entre gasa y muselina?
Las gasas y las muselinas son muy similares, ambas están fabricadas en algodón. La diferencia está en el tamaño, ya que las muselinas son más grandes porque miden 120 x 120 centímetros.
Mientras que las gasas miden 80 x 80 centímetros. Sus diseños están formados por hermosos estampados y en diferentes colores.
También se usa para cubrir el carrito del bebé, resguardarlo del sol, los ruidos o los insectos mientras duerme.
¿Cómo se lavan las muselinas?
Toda la ropa que esté en contacto con la piel del bebé debes lavarla antes de empezar a usarla.
Como limpiar las prendas de los pequeños es una rutina bastante sencilla, suele generar varias dudas. Así que te dejamos algunos consejos muy útiles sobre cómo hacerlo sin dañarlas:
- Antes del lavado, es importante leer la etiqueta de la prenda para conocer si es conveniente a mano o a máquina y si puedes utilizar secadora.
- Insistimos que no es recomendable emplear suavizante en las prendas del bebé porque contiene un montón de partículas tóxicas como perfumes que pueden generar alergias e irritaciones en la piel.
- Lava la muselina en un ciclo delicado con temperatura a menos de 30 grados y junto con el resto de la ropa del bebé.
- Utiliza jabón neutro, o detergente hipoalergénico, sin suavizantes ni blanqueantes.
- Seca al aire libre, sin secadora.
- Si tus muselinas tienden a deformarse, puedes estirarlas ligeramente hasta su forma y dimensión original después de cada lavado.
¿Qué tamaño tienen las muselinas?
Como ya sabes, las muselinas son gasas grandes que por lo general miden 120×120, están confeccionadas en hilo 100 % algodón o bambú.
Son piezas de gran tamaño y muy ligeras, transpirables y vaporosas que tienen como función principal servir de arrullo para los más pequeños.
Como decíamos, surgieron hace siglos atrás en Mosul (Irak) y en el primer momento se usaban como pañales.
Son diversos los usos que le puedes dar a las muselinas, por eso te invitamos a que conozcas la variedad de modelos que tenemos en nuestra tienda online:
- Pack de muselinas. Disponibles en diferentes colores, una lisa y la otra estampada. Vienen en una cajita con asa, perfectas para un regalo. Están fabricadas de 70 % bambú y 30 % algodón, repelen hongos y bacterias. Lo mejor es que se pueden personalizar.
- Muselina lisa personalizada. Es una gasa maxi de 125 x 120 centímetros elaborada de 100 % algodón, de un tacto especialmente suave. Se le puede añadir bordado y una puntilla.
- Muselinas con estampado. Tiene 4 diseños diferentes y es adecuada para envolver, dar el pecho y abrazar a tu bebé. Sigue muy suave después de lavarla. Si eres de las fanáticas de las muselinas, esta es la tuya.
Ahora que ya lo sabes todo sobre las muselinas, analiza bien tus necesidades y hazte de aquella que más se adapta a tu día a día y al de tu leoncita o leoncito.